viernes, 19 de agosto de 2016

JJOO RIO 2016: "DIPLOMAS PARA LA ETERNIDAD"...Por Julián Redondo

Premio de consolación es competir en unos Juegos Olímpicos, quedar entre los ocho primeros, un estímulo, y España suma 31 diplomados desde que comenzaron los Juegos
«En la proporción inversión-resultados, somos campeones del mundo», afirma enfático Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español. Hay campeones del mundo y de Europa. Talento repartido por doquier. Sacrificios individuales y colectivos, de los deportistas y de sus familias, de las federaciones y de los clubes, de los patrocinadores, menos de los necesarios, y sin embargo, llegan los resultados.
Las becas Podium de Telefónica celebran el oro de Marcus Cooper Walz. La inversión luce, y el deporte, agradecido. La UCAM recuperó para la competición a Mireia Belmonte, oro en Río. Otros muchos deportistas han seguido sus pasos y se han inscrito en cursos y carreras de formación en la universidad murciana. El futuro profesional preocupa cada vez más; el presente son los esfuerzos y los resultados, que no siempre caminan cogidos de la mano.
Tamara Echegoyen y Berta Betanzos, nuevamente Diploma Olímpico
En unos Juegos Olímpicos, como en cualquier campeonato, los medallistas se llevan la gloria; pero no hay que olvidarse de los finalistas, de aquéllos que estuvieron a centésimas o centímetros de las preseas. Esos son los «diplomados», los clasificados entre el puesto cuarto, el de la medalla de chocolate, y el octavo. En esta clasificación tan poco valorada, pero tan significativa, a media tarde del jueves en Río el deporte español sumaba 31 diplomas.
En tiro, Fátima Gálvez se quedó a un paso del bronce. Ignoraba que su rival llevaba dos fallos, no escuchaba más que música ambiente y el césped, amarillo, se confundía con el plato. Justificaciones. Y realidades. Por un plato se cayó del podio. En la contrarreloj Jonathan Castroviejo acarició la medalla, que le arrebató Froome. Mireia Belmonte acabó cuarta en los 800 que en Londres le otorgaron la plata; pero había ganado ya oro y bronce. Rafa Nadal no pudo con Nishikori y a Berta Betanzos y Tamara Echegoyen se les negó el metal, que parecía adjudicado: cuatro barcos para tres medallas. Cuartas. Como el taekwondista Jesús Tortosa, vencido con el punto de oro.
Quintos hay unos cuantos. Purito, que tenía piernas para subir al podio y se le escapó «el caballo». En esa posición repitió Roberto Bautista, en individuales y en el dobles con David Ferrer, como Garbiñe y Carla Suárez. El púgil Samuel Carmona fue derrotado por un colombiano y la yudoca María Bernabéu no pasó de ese combate. El hockey hierba masculino también fue quinto, como el golfista Rafa Cabrera-Bello, el jinete Severo Hurado, Ona Carbonell y Gemma Mengual, en el dúo de la «sincro», y María Alabau (vela). En la sexta posición, Sonia Franquet (tiro), Anna Boada (remo), Teresa Portela (piragüismo) y las «Guerreras» de balonmano, que llegaron a ir siete goles arriba contra Francia y perdieron en la prórroga. Las chicas del rugby-7 fueron séptimas, como el haltero Andrés Mata, el equipo de doma y las «pistards» Tania Calvo y Helena Casas.

Joan Luis Pons (natación), Ander Elósegui (piragüismo), Ion Izaguirre (ciclismo), Sergio García (golf), el hockey hierba femenino y el triatleta Mario Mola concluyeron octavos en sus especialidades, la frontera donde terminan los diplomas. Todos los citados están entre los ocho mejores del mundo en sus deportes, y en Río compiten 206 países, contando el equipo de los «Refugiados». Pero seguro que habrá más de aquí al domingo, y más medallas que añadir a las de Mireia, Maialen, Nadal-López, Marcus, Cravioto-Toro, todos de oro; Orlando Ortega, plata, y los bronces de Mireia, otra vez, y Lydia Valentín. Aún quedan metales. Y diplomas.

Fuente: Julián Redondo / La Razón / CanariaSincro

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