Por Manu Albarrán
- Sin la polémica exentranadora, las 'sirenas' han logrado en el Mundial de Natación de Barcelona subir al podio en las siete categorías de sincronizada.
- Las tres medallas de plata y las cuatro de bronce son el segundo mejor botín en un campeonato del mundo por detrás del oro y las seis platas de Roma 2009, con Tarres como seleccionadora.
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| Las nadadoras españolas muestran las medallas conseguidas en el Campeonato del Mundo de Barcelona 2013 |
Siete medallas, tres de plata y cuatro de bronce, han sido suficientes para calmar la tempestad de una natación sincronizada que llevaba unos cuantos meses en tensión. La destitución de Anna Tarrés tras la publicación de las quejas de las nadadoras por los métodos de trabajo de la catalana sumieron a la disciplina que más éxitos ha dado a España en un proceso de cambio del que nadie podía imaginar cómo se iba a salir.
Los Campeonatos del Mundo de Barcelona estaban a la vista. La adaptación de las nuevas entrenadoras, Esther Jaumà - que ya trabajó con la propia Tarrés en sus inicios hasta que las desavenencias hicieron que Jaumà se fuera a entrenar al CN Granollers -, Gemma Mengual, Mayuki Fujiki y Ana Vives, tuvo que ser rápida para poder preparar en condiciones al equipo de cara a una cita tan importante.
Y el resultado es inmejorable: siete medallas en siete pruebas. Éxito rotundo y objetivo conseguido más que de sobra. Desde 1997 hasta 2012 Anna Tarrés era algo así como el Mourinho de la natación sincronizada española: controlaba hasta el más mínimo detalle, imprimiendo en su trabajo un carácter y una disciplina que acabaron con ella; o al menos con la confianza de sus nadadoras.
Ahora el reparto de tareas parece que está dando un mismo resultado y está aportando la calma que necesitaba el grupo, algo que las propias entrenadores se han cansado de repetir en público y de demostrar con su naturalidad delante de las cámaras, ya fuera en la piscina o en el improvisado plató de Teledeporte.
Lo que está claro es que la época Tarrés, para lo bueno y para lo malo, ha terminado y, de momento, los resultados dicen que la entrenadora que ayudó a España a situarse en los puestos más altos del ranking de la sincronizada no era indispensable. Salvo en los mundiales de Roma 2009, donde se lograron un oro y seis platas, en ningún otro campeonato del mundo se había logrado un botín de preseas tan bueno. Quizá sea el inicio de una etapa más relajada para las 'sirenas' españolas.
Fuente: lainformación.com
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